2011-12-27

NACIÓ UN 25 DE DICIEMBRE DE 1910

Abuelita rancagüina cumplió 101 años de vida

- Celebración fue junto a sus nietos, bisnietos y tataranietos. Alcalde Eduardo Soto visitó a Anita Núñez, quien es hija de un veterano de la Guerra del Pacífico. ?Llegar a esta vida es increíble, estoy feliz de estar con mi familia?, dijo.

En compañía de sus nietos, bisnietos y tataranietos la señora Ana Núñez festejó su cumpleaños 101. La celebración se efectuó el pasado domingo día de Navidad -fecha exacta en que nació el año 1910- en la vivienda que Anita, como le llaman sus nietos, habita en la población Recreo en el sector norte de Rancagua.

De aspecto jovial, sentada en su silla que la ha acompañado los últimos años y rodeada de toda su familia, esta hija de un veterano de la Guerra del Pacífico conversa sin problemas de cualquier tema. Sólo hay que hablarle un poco fuerte, que es el único problema de salud que presenta, según confidencia uno de sus nietos.

Feliz por estar acompañada de su familia y sus nietos, es lo primero que la señora Ana expresa. "Llegar a esta edad es increíble, hay que tener una vida sana, paseando, disfrutando de la naturaleza", comenta sobre su receta para vivir más de un siglo.

Anita tuvo cuatro hijos, tres de los cuales ya han fallecido. Hoy vive con su nuera en la casa del pasaje Oslo, donde todos los días sale a caminar, barrer la vereda y observar las flores; sus pasatiempos.

ANTIGUAS HISTORIAS
Dieciséis nietos, 18 bisnietos y 8 tataranietos tiene la señora Ana en la actualidad, muchos de los cuales la acompañaron este domingo 25, cuando apagó las velitas de la torta preparada especialmente.

"He tenido una vida muy bonita, trabajada, también sufrida; pero estoy feliz de estar con mi familia", dijo la señora Anita, que estuvo acompañada del alcalde Eduardo Soto, quien fue invitado especialmente para ser parte de esta fiesta familiar y cantó también el cumpleaños feliz.

En la conversación, la abuelita Ana, como le dice otro de sus nietos, recuerda que llegó a los 12 años a Rancagua junto a su papá, mamá y tres hermanos; y se quedó para toda la vida.

La señora Anita es muy visitada por sus nietos, a quienes les gusta contar sus vivencias de joven, a pesar de que no le creen, dice. "No me creen las historias, y yo les digo ‘no les cuento ni una cosa más', y son cosas ciertas, que me han pasado (...) cómo les voy a estar mintiendo", comenta luego.

Sus nietos no la dejan. Siguen preguntando por las historias mientras comparten un pedazo de torta y escuchando las historias, relatos que seguramente perdurarán por mucho tiempo más.