*Anoche se terminó de retirar la última de las 18 copas de aguas de hormigón, de un peso promedio de 32 toneladas que atemorizaban a los pobladores del sector. Proyecto presentado por el Alcalde de Rancagua, permitió cumplir con el compromiso y superar la emergencia.
Entre aplausos, nerviosismo y felicidad, los vecinos de la población Rancagua Sur, festejaron junto al Alcalde de Rancagua Eduardo Soto, el retiro de la última de las 18 copas de agua que amenazaban con desplomarse, tras el violento terremoto del pasado 27 de febrero.
Con una precisión del mejor de los cirujanos, el estanque de 32 toneladas fue bajado sin topar un cable, ni dañar los departamentos. Nerviosos los vecinos parecían alentar al operador de la grúa a cargo de la última maniobra.
El Alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, agradeció el trabajo de los empleados de la empresa SMC y compartió con los vecinos los últimos momentos de nerviosismo. La Tarea se había logrado.
"Este fue uno de los compromisos que priorizamos tras el terremoto de febrero pasado, sin dejar de atender a los demás sectores de la ciudad que se vieron afectados, gestionamos con urgencia los 63 millones de pesos del proyecto, para llevar la tranquilidad necesaria a nuestros vecinos. Parecía increíble, pero hemos cumplido y ellos ya pueden retornar a sus departamentos y seguir retomando su vida normal", resaltó el Alcalde.
"VOLVEREMOS A SER LA POBLACION DE ANTES"
Mónica Saldaña, presidenta de la Junta de Vecinos de la población Rancagua Sur, agradeció "primero a Dios, porque todos los vecinos estamos con vida, y en segundo al Alcalde Eduardo Soto por toda su gestión para que este sueño de todos los vecinos se realizara, este es un símbolo de algo que nunca vamos a olvidar".
Ya más tranquila la dirigente recalcó que "estábamos todos temerosos, ya nadie quería vivir en estos departamentos y había muchos que se fueron por el miedo a que estas copas se desplomaran, por lo que con esto podemos volver a la normalidad después de 50 días y gracias al Alcalde, quien fue el que más se movió para que estas copas fueran sacadas a la brevedad".
Isabel González, en tanto, resaltó que "este es un descanso para todos, ya que las copas estaban dañadas y era mucho peso para los departamentos, ahora estamos más tranquilos".
Bandera chilena en mano, Ximena Apablaza indicó que "para nosotros es un alivio, no podíamos dormir por el estado de los departamentos, sobretodo en los primeros y segundos pisos, hubo muchos vecinos que asustados se fueron a vivir estos días a otra parte, pero ya estamos tranquilos ya que nuestra población podrá volver a ser la de antes, estamos mucho más tranquilas".
"PUDIMOS CUMPLIR CON ÉXITO ESTE COMPROMISO SOCIAL"
Fernando San Martín, propietario de la empresa SMC que estuvo a cargo de las complejas maniobras, destacó que "para nosotros ha sido una experiencia muy profunda en los humano, porque no estamos acostumbrados a trabajar directamente con la comunidad, sino que en faenas de gran tonelaje, acá nos encontramos con otra realidad y sentir la angustia y desesperación de la gente".
El empresario destacó que "con este trabajo se recuperan 360 departamentos y la gente podrá vivir tranquila, y eso lo sentimos muy de cerca y nos ha marcado, por lo que se trabajó con mucho profesionalismo y dedicación, motivados por el cariño y esperanzas que nos entregaban los vecinos".
En las tareas de retirar las 18 copas de agua trabajaron 25 empleados expertos en corte y demolición, grúas de alto tonelaje y un equipo de profesionales que coordinaron los quirúrgicos movimientos de las grúas, que permitieron cumplir con las expectativas de la gente y no dañar los jardines ni departamentos, "todas las torres estaban frágiles y tuvimos sismos pequeños, pero el trabajo no se vio afectado", enfatizó San Martín.