En la ocasión, sus alumnos mostraron todo lo aprendido en los talleres de madera, alimentación y manualidades de mamá. Por su parte, el alcalde Eduardo Soto, quien visitó la muestra, destacó el éxito de la jornada y la importancia de abrir estos espacios de integración.
El miércoles 14 de octubre del año 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En Rancagua una de las actividades con las que se conmemoró esta fecha fue la Feria de la Inclusión organizada por la Oficina de Capacidades Diferentes del municipio rancagüino.
La actividad se realizó el miércoles de la semana pasada en el Paseo Estado y contó con la presencia del alcalde Eduardo Soto, quien se dio el tiempo de visitar cada uno de los stands para conocer de cerca los trabajos y servicios que tenían para mostrar los diferentes expositores que se unieron a esta celebración.
Una de estas instituciones fue el Colegio Ricardo Olea, haciéndose presentes con sus talleres de madera, alimentación y manualidades de mamá, para celebrar a través del talento de sus alumnos y apoderadas esta importante fecha.
En la ocasión, el alcalde Eduardo Soto destacó el éxito de la jornada y la importancia de abrir estos espacios de integración. “Felicitaciones a todos las instituciones y organizaciones que han estado trabajando desde el mundo privado o el anonimato en función de poder poner en relieve las capacidades de estas personas, a quienes durante mucho tiempo erróneamente hemos dicho que son discapacitadas, pero que tienen mucho más capacidades y sensibilidad que nosotros”.
En tal sentido, la profesora Blanca Núñez, dio cuenta de la esforzada labor docente que se realizada en el Colegio Ricardo Olea. “El objetivo de estos talleres es desarrollar en los alumnos sus habilidades y prepararlos a la vez para el mundo laboral. Que al salir de éstos, ellos tengan otra visión, aprendan a trabajar en equipo y a relacionarse con más personas”.
Asimismo, la educadora precisó que en el taller de alimentación los escolares realizan almuerzos, trabajos de repostería y panadería. En tanto, en el taller de madera realizan mesas, espejos y varias técnicas de decorados, como el vitral, que es lo último que han incorporado a su malla curricular.
Por último, Blanca Nuñez indicó que en el taller de manualidades de mamá, donde participan apoderados asesoradas por una asistente social del establecimiento, además de dedicar tiempo libre al desarrollo de sus propias destrezas, les permite compartir vivencias y ayudarse unas a otras.
Cabe destacar que este grupo de alumnos, que como ya está dicho son preparados para enfrentarse al mundo laboral, parten su experiencia asistiendo dos días por semana a diferentes empresas, lo cual luego les permite ser contratados, como es el caso de los estudiantes que actualmente se desempeñan en supermercados Cugat, la pastelería Mini Max y en la Biblioteca Pública Nº 34.