De esta forma, se puso término a un capítulo que se comenzó a escribir a principios del año 2009, cuando recién se empezaba a cimentar el sueño de la casa propia para este grupo de nuevos propietarios.
Este sábado a eso del mediodía, y entre escenas de profunda emoción, un total de 141 familias de la Villa Héctor Olivares Solís recibieron de manos del alcalde Eduardo Soto las escrituras de sus viviendas, con lo cual se cerró un largo proceso que se logró concretar gracias al apoyo y el trabajo de la EGIS municipal, pero que aún así no estuvo exento de dificultades.
“Una de las primeras acciones, cuando asumí, fue adquirir el terreno y no fue una tarea fácil, ya que a pesar de que estaban los recursos y la definición del lugar, había mucha resistencia de los vecinos, porque no querían que llegara gente vulnerable a vivir junto a ellos. Lamentablemente, no solamente era una reticencia de algunos vecinos, sino que también de algunas autoridades del propio concejo municipal”, precisó el jefe comunal en la ceremonia efectuada en el Centro Cultural Baquedano.
Asimismo, el edil manifestó que esta fue una situación cargada de prejuicios que en su momento lo desconcertó profundamente. “Yo lo encontraba insólito y me preguntaba sí son vecinos que han vivido toda la vida en Rancagua, ya sea en campamentos, asentamientos, allegados o de diferentes formas, por qué no van a tener derecho a vivir dignamente y en una vivienda como se lo merecen, y por qué no también, en el propio centro de la ciudad”, añadió.
En tal sentido, cabe precisar que la construcción de este conjunto habitacional, ubicado a un costado del Parque Koke, y que cuenta con casas con una superficie de 46 m², significó el fin de la precaria situación en la que vivían familias provenientes de los campamentos "La Yanina" del sector San Ramón, Trapiche Cancha, Trapiche Molino, Molinos Quemados, El Litoral, La Gamboina, Punta de Cortés y "Los Suspiros" de Puertas de Fierro.
Por tal motivo, el alcalde Eduardo Soto junto con felicitarlos, además recordó que este proyecto tuvo una valoración especial, y significó un esfuerzo mayor, ya que no es usual que los municipios construyan viviendas, pero que aún así se había asumido este tremendo desafío por el bienestar de ellos y el permitirles poder abrazar el sueño de una solución habitacional definitiva.
"A contar de hoy día, ustedes ya son propietarios, ya nadie les podrá decir váyanse de aquí, entreguen la casa o les va poner mala cara", recalcó la autoridad comunal, luego de entregarse simbólicamente sus escrituras a 15 vecinos de la Villa Héctor Olivares Solís.
De esta forma, y con una alegría desbordante, se puso término a un capítulo que se comenzó a escribir a principios del año 2009, cuando recién se empezaba a cimentar el sueño de la casa propia para este grupo de sacrificadas familias de Rancagua.