Cerca de 50 extranjeros que se encuentran, en su mayoría solos en el país, participaron de este encuentro con el edil, quien además estuvo acompañado por su familia.
Jefferson es colombiano y lleva cerca de seis meses en Rancagua. A la ciudad llegó en busca de nuevas oportunidades. Cuenta que vive en el sector oriente. Que no ha tenido mayores problemas. Pero que en Chile se encuentra solo y que su familia y su pequeño hijo se encuentran en Cali.
"Envío dinero a mi familia y también trató de guardar algo para traérmelos", relató. Al igual que él, la noche del sábado 24 de diciembre, en el Hall de entrada del municipio de Rancagua, cerca de 50 extranjeros con una historia similar de soledad y esfuerzo, compartieron una cena de navidad.
El alcalde de Rancagua Eduardo Soto conocedor de la gran cantidad de inmigrantes que ha llegado a vivir a Rancagua, pidió realizar este encuentro. "Sabemos que muchos se encuentran solos. Lejos de sus familias. Por eso quisimos invitarlos a compartir esta cena en noche buena y aunque sea por unas horitas entregarles compañía, compartir una conversación y hacerles ver que en nuestra ciudad no están solos", explicó.
Haitianos, colombianos, venezolanos, juntos al alcalde de Rancagua y a su familia, ríen y conversan. El alcalde Soto manifestó que el municipio implementará a partir de los primeros meses del 2017 una oficina de extranjería. "Queremos crear una red de salud, de educación, de asesorías. Muchos de ellos son estafados, engañados. Nosotros les daremos apoyo profesional, psicológico, asesoría legal. Los acompañaremos a ellos y a sus hijos", indicó.
La cena transcurrió en un ambiente de paz y felicidad. Más aún cuando a eso de las 23 horas hizo su llegada el Viejito Pascuero, provocando gran alegría, principalmente entre los pocos niños que estaban en la cena. "Pedimos a una red de colaboradores y amigos que nos ayudarán, que era por una buena obra y este es el resultado", sentenció el edil.
Cerca de las 00 horas del domingo 25 de diciembre, el grupo comenzó a despedirse. Haitianos, colombianos, venezolanos y los poco chilenos que habían esa noche se despiden entre abrazos y deseos de bienestar. Hay muestras de agradecimientos y anchas sonrisas. Fue una Nochebuena en Rancagua.